El Facebook del Bisbat de LleidaEl Twitter del Bisbat de LleidaEl Google Plus del Bisbat de LleidaEl RSS del Bisbat de Lleida

Retiro de Adviento en la Catedral

El obispo de Lleida, Mons. Joan Piris, dirigió el pasado domingo, 15 de diciembre, el retiro de adviento del Área de Liturgia y Espiritualidad, en la capilla del Santísimo de la Catedral, que quedó pequeña para seguir toda la reflexión que se nos ofreció. El encuentro empezó con un canto de esperanza Veniu, veniu Emmanuel.

A continuación, el ponente explicó el itinerario a seguir: exposición de los contenidos, plegaria personal y eucaristía. 

En la primera parte, el obispo Joan recordó la importancia de saber qué celebramos por Navidad: el tiempo de adviento como preparación y espera confiada del Salvador. Ahora vivimos en el tiempo de la Iglesia, situada entre la primera venida, que fue la Encarnación del hijo de Dios, y la última, a finales del tiempo. Mons. Piris nos invitó a ser colaboradores de este mundo nuevo al que nos aproximamos, pero que no ha llegado del todo:  Viviendo siempre en la presencia del Señor, siendo anunciadores con la palabra y el testimonio de la Buena Noticia del Evangelio.

Durante la reflexión, nos llevó a recordar y profundizar las prioridades diocesanas, enmarcándolas en las palabras del papa Francisco en la exhortación Evangeli Gaudium. El Obispo de Lleida destacço el llamamiento a ser evangelizadores porque “hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído”, sabiendo que la alegría es un don de Dios, que lo atrae y que hemos de alimentar.

Durante la charla, nos interpeló a creer, vivir y anunciar con audacia la misericordia de Dios, como miembros de la iglesia abiertos a todos y sintiéndonos a la vez seducidos por Él y enviados a su pueblo. Una misión preferentemente decara a los pobres y desvalidos, a aquellos que no pueden dar nada a cambio, pero que son los preferidos de Dios. El obispo Joan nos dijo que tenemos que estar dispuestos siempre a ir “mar a dentro”, “más allá”, viviendo una “intimidad itinerante con el Señor”.

A continuación la plegaria personal permitiço, acoger e interiorizar el mensaje recibido. Una tarde de plegaria que culminó con la celebración de la eucaristía.